Beneficios y problemas del impuesto mínimo global a las corporaciones

Por Dan Kemper

31 Octubre de 2021 - 19.52

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En julio, 130 países miembros de la OCDE confirmaron su apoyo a la creación de un impuesto global a las corporaciones para reducir la evasión fiscal, además de establecer un estándar impositivo a nivel mundial. Ahora, el G20 dio el visto bueno a la medida y propone su puesta en vigencia para 2023. CORTA dialogó con abogados tributaritas y economistas para entender qué significa este impuesto para las empresas y que impacto podría tener en el mundo.

Beneficios. "Servirá para evitar lo que se vio en los últimos años: una carrera y competencia de los países para bajar las tasas impositivas a las grandes corporaciones para retener la actividad de la empresa en el territorio", dijo el economista en jefe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), Nicolás Pertierra.

Problemas. Por otro lado, el abogado especialista en estructuración de patrimonios, Martín Litwak, aseguró que la propuesta "va a fracasar" porque "quienes van a pagar este impuesto no van a ser las empresas sino los consumidores, ya que las compañías van a terminar trasladando ese mayor costo a sus precios". También advirtió que podría ser un problema para los países de menores recursos a la hora de atraer inversiones "ya que se les privará de competir a nivel impositivo".

Competencia. La entrada en vigencia del acuerdo pone en juego la estrategia de atracción de empresas por parte de países caracterizados por sus bajas tasas impositivas (como Irlanda, Hungría o Bulgaria). "Esta medida podría concluir con la competencia impositiva entre países para atraer empresas extranjeras", dijo el abogado especialista en tributación Rodrigo Marabi. "Parecería ser que de una vez por todas los estados se ponen de acuerdo en que el trabajo en conjunto, en vez de la competencia, les permite hacer una distribución más equitativa de la recaudación", concluyó.

¿Éxodo empresario? Ante la posibilidad de que las empresas decidan cambiar su radicación a otros países a raíz del impuesto, los tres especialistas coincidieron en que no debería ser el caso. "Si se aplica en todos lados en simultaneo, no debería ser un desincentivo para las empresas", dijo Pertierra. "No creo que esta medida afecte a la industria offshore en general, ni que genere un éxodo masivo de empresas", expresó Litwak. "Si los países con mayores mercados adhieren al plan no me imagino que, por evitar el pago del impuesto en dichas jurisdicciones, una compañía prefiera no explotar sus actividades comerciales en esos territorios", concluyó Marabi.

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